En su momento vio una casa y decidió comprarla… aunque antes hubo de consultar con el Banco. Con miedo ante la posibilidad de una negativa que rompería todos los planes, el agente de confianza confirmó que se cumplían los requisitos exigidos para concederle una hipoteca: sólo debía seguir ciegamente los pasos que nos indicaba y firmar, firmar, firmar… Y ahora, más tranquilo, le asaltan las siguientes dudas: ¿Qué firmó realmente? ¿Aprovecharía el Banco y le ‘coló’ algún extra? Veámoslo: